Análisis psicológico
IDEAS CLAVE:
Una de las enseñanzas más importantes que podemos extraer de esta película es que el propósito que tenemos en nuestras vidas nos condiciona, muchas veces, a la hora de elegir entre lo que queremos hacer y lo que es mejor para nosotros. A veces se puede generar un conflicto en nuestras relaciones con las personas de nuestro entorno más cercano, por estar demasiado cegados con llegar a nuestra meta personal. Además, también puede generarnos un conflicto interno entre dedicarnos a lo que nos apasiona y la propia supervivencia. En el caso de Joe, uno de los protagonistas de la historia, su meta es ser músico profesional de jazz y la obsesión que tiene por conseguir esa meta hace que no sea capaz de valorar las cosas buenas que hay en su vida, dejando como moraleja general de la película que la vida se vive a través de los pequeños detalles, y que la verdadera felicidad está en lo cotidiano.
Joe no se interesa por nada que no sea la música jazz, tiene relaciones sociales muy pobres ya que no se preocupa por los demás y no desvía su camino si no es para conseguir algo que le beneficie a la hora de cumplir sus metas, lo que nos lleva a otra de las ideas principales: la empatía. Joe centra todo su esfuerzo en volver a la vida y poder cumplir su sueño, a costa de que 22 pierda su chispa y no sea capaz de nacer. Esto es un comportamiento muy egoísta por parte de Joe que además trata de forma mezquina a 22, y que no será hasta el final de la película que entienda, a través de los actos de la pequeña alma no nata y poniéndose en su lugar, la importancia de los pequeños detalles, de ayudar a los demás y de saber disfrutar de la vida.
Del mismo modo, hasta que 22 no vive a través de Joe no es capaz de interesarse por la vida.
Esto nos ayuda a darnos cuenta de que, aunque tengamos un propósito, hay que disfrutar del camino y el proceso, aprendiendo de las experiencias vividas y no sólo a centrarse en el resultado final, así como a aprender de los propios errores.
A lo largo de la película se nos muestran diferentes personajes, entre ellos están las almas perdidas. Las almas perdidas se representan en el filme como “personas que no saben gestionar sus ansiedades y obsesiones y pierden el rumbo y la conexión con la vida”. En un momento muestran a una de estas almas perdidas como a una persona que vive su vida en piloto automático sin percatarse de lo que le rodea, sintiéndose mal por no estar llevando la vida que quisiera. Quizá, si Joe no hubiese recibido la oportunidad de tocar con el cuarteto de jazz hubiera acabado como un alma perdida, siendo un profesor de música frustrado toda su vida y decepcionado con ese destino.
Otra de las ideas clave que podemos apreciar en la película es cómo la educación familiar puede influir en nuestras aspiraciones y expectativas sobre el futuro. En el caso de Joe, sus dos referentes a la hora de decidir sobre su futuro profesional son muy distintos; por un lado, una madre que lucha duramente para mantener a su familia y que se preocupa por la estabilidad económica de Joe y, de otra parte, su padre, con quien comparte su pasión por el jazz.
Joe quiere seguir los pasos de su padre y se queja de que su madre no le apoye ni esté orgullosa de él por este motivo. Este conflicto entre Joe y su madre se soluciona cuando, gracias a 22, puede hablar con ella y ambos se sinceran, comprendiendo el punto de vista de cada uno.
Además de la educación familiar, en la película se puede apreciar la importancia de la educación formal, que se ve reflejada de parte de los mentores hacia 22, quienes intentan que encuentre su chispa, sin preocuparse de las necesidades de ella y culpándola por no querer adaptarse al resto de las almas y vivir en la Tierra. Esto nos hace reflexionar sobre el estado actual de la enseñanza en los colegios, en los que se suele exigir a todos los alumnos por igual y se les culpa cuando muchas veces son los propios maestros quienes no entienden las necesidades específicas de cada alumno. Las repetidas críticas negativas hacia 22 por parte de sus mentores hacen mella en su autoestima y esto acabará provocando que la propia alma se convierta en un alma perdida.
Por último, podemos destacar el tema de las expectativas. Joe sueña con ser un músico de jazz, pero cuando por fin le dan la oportunidad que tanto ansiaba vemos como se siente vacío. Descubre que conseguir una meta no es la clave de la felicidad. “La chispa o el propósito no es el sentido de la vida”. Al estar tan enfocado en su propósito, Joe no ha logrado tener relaciones sociales plenas, ni darse cuenta de lo mucho que ha ayudado a sus alumnos. No es capaz de ver su propio potencial más allá del talento musical, ni las cosas buenas que le rodean hasta que 22 le enseña su propia manera de vivir la vida.
“Mirar el cielo o andar no son propósitos, simplemente es vivir”.
CURIOSIDADES SOBRE PSICOLOGÍA:
Durante la película se mencionan muchos rasgos de la personalidad cuando se están formando a las almas bebé, entre estos rasgos nos encontramos los siguientes; distante, escéptico, afable, prudente, extravagante, tímido, irritable, curioso, megalómano, manipulador y oportunista.
El apellido de Joe es Gardner, casualmente es el mismo apellido del famoso psicólogo Howard Gardner, autor de la teoría sobre las inteligencias múltiples.
Además, Joe se hace pasar por un psicólogo infantil, el doctor Börgensson, a quien vemos aplicando el test de Rorschach a una de sus pacientes.
Uno de los muchos mentores que tuvo 22 fue Carl Jung, un famoso psicólogo discípulo de Freud y fundador de la psicología analítica, que durante la película le dice a 22: “mi mente inconsciente te odia”, haciendo así un divertido guiño al inconsciente, uno de los campos de estudio más relevantes para Jung.
Los PAN:
Hacia el final de la película vemos cómo 22, decepcionada con su destino, frustrada y sintiéndose desamparada por todos los mentores que ha tenido, se convierte en un alma perdida y lo que la mantiene en ese estado son, precisamente, todas las críticas que ha tenido por parte de sus mentores y que ahora se han apoderado de ella en forma de PAN, pensamientos automáticos negativos que se repite una y otra vez desgastando su autoestima.
Estos pensamientos tan dañinos los hemos tenido en mayor o menor medida todas las personas alguna vez en nuestra vida, por lo que nos resulta muy fácil empatizar con el alma 22. Si te sientes identificado/a con esta parte de la película o simplemente quieres aprender un poco más sobre los PAN te animo a que le eches un vistazo al artículo dedicado a ello en este mismo blog: ¿Te hablas bien a ti mismo? (puedes ver el enlace abajo del todo).
CONCLUSIÓN:
Al final, la moraleja que pretende dejar la película es muy sencilla; vive y disfruta de la vida apreciando cada pequeño detalle, siendo consciente del camino que recorres, creando relaciones con los que nos rodean y dándote cuenta de lo que lo que te hace valioso no tiene por qué ser lo que más valoras.
¿Cuántas veces somos mentores de otras personas a quienes inspiramos por nuestros actos? ¿cuántas veces nos dejamos asesorar por otros y nuestra perspectiva cambia? ¿cuántas veces nos han tratado mal y cuántas veces nos hemos tratado mal a nosotros mismos? ¿somos felices con la vida que tenemos?
Replantearse todas estas cuestiones hacen que ver Soul merezca mucho la pena.
Hay, además, una escena en particular que a los psicólogos nos toca bastante de cerca. Al final de la película, cuando 22 se dispone a saltar hacia la Tierra y así empezar a vivir, le comienzan a asaltar miedos e inseguridades y es entonces cuando su mentor Joe le da la mano y le dice “yo te acompaño hasta donde pueda”. Ese es justo el papel del psicólogo, acompañar a su paciente hasta donde se pueda, porque al final es esa persona la que tendrá que recorrer sola el resto del camino, que es su vida, sin depender totalmente del psicólogo.
Como cierre, acabamos con la frase final de la película; Jerry le pregunta a Joe cómo va a pasar el resto de su vida, a lo que Joe le responde:
“no lo sé, pero lo que sí sé es que voy a vivir cada minuto”.